14 de mayo de 2009

Nueva Junta Ejecutiva de FEMECA (Notifé 81 - mayo de 2009)


Editorial:
En este nuevo número de Notifé les presentamos a las nuevas autoridades de la Federación Médica Gremial de la Capital Federal, quienes dirigirán los destinos de la institución por los próximos cuatro años.
Y como el frío se acerca a nuestro hemisferio, entrevistamos a un especialista en neumonología para conocer todo lo que deberíamos hacer para prevenir enfermedades del aparato respiratorio. Se trata de una nueva sección El Consultorio de nuestra revista, donde en los próximos números iremos entrevistando a distintos especialistas para conocer la mejor forma de prevenir enfermedades.

Sumario:
Gremiales, Prevención, Tiempo Libre, El Consultorio, Línea Directa, Cuentos Cortos, Buzón Notifé.


El consultorio, Notifé 81 • May/Jun 09

Entrevista al Dr. Eduardo Alzúa

Prevención de enfermedades respiratorias

Un médico especialista en neumonología ubica a la contaminación ambiental y el consumo de tabaco como las principales causas de estas dolencias


Por Luciano Giusti

Solemos acordarnos de las enfermedades del aparato respiratorio cuando llega el frío y recrudecen las enfermedades transmisibles como la gripe o la broquiolitis, pero a nuestros pulmones sobre todo, deberíamos cuidarlos durante todo el año, porque son una parte fundamental de nuestra calidad de vida.


¿Cómo se pueden prevenir las enfermedades respiratorias?
La prevención de estas dolencias incluye dos temas: mejorar la calidad del aire que respiramos y la aplicación de vacunas que permitan superar enfermedades que son del aparato respiratorio. Con respecto al aire, lamentablemente nuestra atmósfera está contaminada en todo el mundo. Se ha conocido la composición del ambiente en la Antigüedad a través de burbujas que se han encontrado en los hielos de la Antártida y del Ártico. En la composición de esos gases se descubrió que ese aire no contiene plomo, ni alquitrán, ni un montón de productos secundarios que contaminan nuestro aire producto de la combustión de los combustibles fósiles. Por eso si se mira la ciudad de Buenos Aires desde una autopista o desde el aire, se ve en el horizonte una cúpula negra que está formada por el gas que sale de los escapes de los automóviles, y un poco menos de la combustión que producen algunas otras industrias.
A mayor consumo de combustibles fósiles tenemos mayor contaminación ambiental que daña nuestro aparato respiratorio. Por eso los pulmones de un recién nacido son de un color naranja rosado, en cambio, los pulmones de los adultos son de color negro, por la cantidad de hollín que filtramos del aire.
La otra gran fuente de contaminación prevenible es el humo de cigarrillo. Y en algunas comunidades, sobre todo en el interior del país, la inhalación del humo de leña, que se utiliza para cocinar o calefaccionar. Pero en la Argentina, la fuente de mayor contaminación sigue siendo el humo de tabaco, es innegable ya la evidencia que existe de que daña los pulmones severamente.

Tanto para el que fuma como para el que está al lado…

El que no fuma recibe un 10% del humo del que fuma. Eso significa que si uno está con diez personas que fuman sumando el 10% de cada una es como si uno fumara. En Argentina mueren alrededor de 44 mil personas por año por enfermedades relacionadas con el cigarrillo, 6 mil de los cuales son fumadores pasivos. El tabaco es dañino para la salud por el humo y por las sustancias que a través de él entran al organismo, como la nicotina, el alquitrán y el polonio radioactivo, entre otras. Esto es más o menos conocido a partir de la década de 1950. Las tabacaleras tienen un fabuloso márketing que se fue especializando a lo largo del tiempo, primero incluyó a los varones y después a las mujeres.
Finalmente se dieron cuenta que en el lugar donde tenían que incidir era en la adolescencia. La propaganda de las tabacaleras para generar fumadores va dirigida a los adolescentes, no a los adultos. Esto es porque el adolescente, como está buscando su lugar en el mundo, de repente llega a creer inconscientemente que el cigarrillo lo va a ayudar a encontrar ese lugar y a ser más hombre o más mujer. Entonces comienza a fumar, se habitúa y al cabo de un tiempo el hábito se convierte en adicción. Dependencia que tiene dos partes: psicológica y física. La psicológica es la más importante, tanto es así que como adicción es peor que la adicción psicológica a la cocaína. Después existe una adicción física radicada en unos receptores con los que nacemos que están en el cerebro. Cuando reciben nicotina a través del tabaco sueltan mediadores de placer, llamados serotonina y dopamina, y que “diabólicamente”, cuando una persona comienza a fumar, esos receptores aumentan su sensibilidad y su número. Esos dos estímulos para el fumador recién vuelven a la normalidad un año después en que se ha dejado de fumar. Esto explica el fracaso de quienes dejaban de fumar y volvían al vicio antes de haber pasado un año de la cesación. Por eso después del año de haber dejado de fumar los fracasos son más raros.
Dejar de fumar es difícil, sólo el 30% de los fumadores lo logra. El otro 70% no deja de fumar o lo hace porque la enfermedad les impide hasta movilizarse.

¿Cómo se puede hacer prevención en estos casos?

La prevención de enfermedades respiratorias implica combatir la contaminación ambiental, exigir a las autoridades a que se utilicen fuentes alternativas de energía como la aeólica, la solar o incluso la energía nuclear, que es mucho menos contaminante que la combustión de los combustibles fósiles, aunque existe el peligro de los accidentes.
Como ciudadanos tenemos que luchar por la utilización de energías no contaminantes y elegir automóviles con bajo índice de contaminación, con sistemas de escape que reduzcan el grado de contaminación ambiental y con controles a vehículos que producen mucha contaminación (camiones, colectivos).
Todo esto hasta que lleguemos a la utilización del hidrógeno como combustible para los automóviles. Un auto con este tipo de energía elimina vapor de agua por el caño de escape. Y no es algo muy lejano, ya que existen en la actualidad surtidores de hidrógeno líquido en Alemania y EEUU.



Contra el tabaco también podemos ser muy activos. Por ejemplo exigir que se cumpla la legislación con respecto a no fumar en lugares cerrados. Al fumador no hay que perseguirlo porque es víctima de su adicción, no domina sus actos, necesita fumar. Debemos ayudarlo desde la contención, hablándole, ofreciéndole alternativas. Hay medicamentos que disminuyen la adicción y también está la administración de nicotina a través de chicles y parches. Estos medicamentos ayudan pero no son capaces por sí solos de hacer que un paciente deje de fumar. El paciente deja esta adicción por medio de un plan de contención, con el médico, un equipo de trabajo, y formando grupos de reflexión con personas afines, que es lo que más resultados tiene. La lucha contra el cigarrillo implica que nosotros tenemos que obrar fuertemente sobre nuestros
hijos dándoles el ejemplo. Es decir, ningún padre le puede pedir al hijo que no fume si fuma. Lo que sí puede decirle es: “yo fumé, me equivoqué, no cometas el mismo error que yo.”
Según la Organización Mundial de la Salud, es mucho más rendidor que una persona no empiece a fumar a que una persona deje de fumar. Incluso ellos recomiendan dirigir los recursos destinados a la lucha contra el tabaco a evitar que la población comience a fumar.
En Argentina empiezan a consumir cigarrillos alrededor de 500 chicos por día, ahí radica la efectividad de la propaganda de las tabacaleras. La lucha contra el tabaco debe ser una política individual, familiar, colectiva y de las instituciones, ya sean privadas o públicas. El tema es innegable. Hay que exigirle al Congreso que trate las leyes anti tabaco que hay, que están cajoneadas, como la ratificación del Convenio Marco de Control de Tabaco.

¿Cómo se previenen otras dolencias que afectan al aparato respiratorio?
Con respecto a la prevención de enfermedades transmisibles existen básicamente tres vacunas: la vacuna antineumocóxica, que se hace con las proteínas de las 23 especies de neumococo que existen, la vacuna antigripal y la BCG, que es la vacuna capaz de proteger a los infectados de bacilo tuberculoso de sufrir la peor complicación de la tuberculosis, que es la meningitis tuberculosa. Esta vacuna se da a los niños y a los adolescentes a los 16 años. Éstas serían las tres vacunas que se recomiendan siempre.

¿Cómo se hace la vacuna antigripal?

Esta vacuna se hace de acuerdo a las supervisión e indicación de la Organización Mundial de la Salud, con las tres más importantes cepas del virus que actuaron en el último invierno del hemisferio contrario. Nosotros ahora vamos a aplicar vacunas hechas con las tres cepas que fueron más frecuentes durante el último invierno del hemisferio norte. La vacuna antigripal no es la vacuna deseada lamentablemente. Tiene muchas fallas, entre ellas que inmuniza sólo al 50% de los vacunados por un período que oscila entre los seis y los nueve meses. Pero la importancia es epidemiológica, ya que el virus no se cría en el aire sino en las personas, los pollos y los cerdos, que somos los tres mamíferos que somos huésped del virus de la gripe. Si nosotros vacunamos a mucha población, logramos que haya menos “caldo de cultivo” para criar al virus, con lo cual vamos a lograr que menos gente se enferme.

Otra enfermedad invernal en los niños es la broquiolitis ¿cómo podemos prevenirla?
Esta enfermedad es provocada por virus y a veces por bacterias fundamentalmente en los niños, porque no tienen todavía desarrollado su aparato respiratorio. Se llama bronquiolitis por la pequeñez del bronquio afectado.
Lo más importante para la prevención de esta dolencia es la ventilación de los ambientes. La mayoría de las enfermedades respiratorias infecciosas que se dan en el invierno se producen porque cerramos el ambiente, entonces la cantidad de gérmenes en suspensión en el aire es mucho más concentrada que en el aire libre, entonces mezclamos nuestros gérmenes y es ahí donde nos enfermamos. También se previene evitando la presencia de ácaros en el polvillo doméstico, en los cortinados, los almohadones, los juguetes de peluche etc. Hay que evitar la presencia de animales domésticos como perros o gatos por lo menos en el dormitorio, que es el lugar donde una persona pasa más tiempo de su vida en el día. Las mascotas son capaces de tener sustancias irritantes para el aparato respiratorio.
Y por último, para prevenir la broquiolitis es importante que los padres no fumen. El cigarrillo le hace mal al bebé cuando está en el seno materno y le hace mal al niño cuando el padre o la madre fuman en su casa. A pesar de que lo hagan por ejemplo en la cocina, las sustancias nocivas del humo llegan a la habitación del niño.

Dr. Eduardo Alzúa, Neumonólogo,
MP:43070, Jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Francés, Profesor Asociado en Neumonología Unidad Docente Hospitalaria UBA, Miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.

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