2 de agosto de 2013

Prevención del ataque cerebral (ACV)



La información es la mejor prevención frente a este tipo de eventos, porque actuar con rapidez puede salvar vidas. El ataque cerebral es un episodio repentino que afecta, de forma temporal o permanente, al funcionamiento del cerebro. Existen factores de riesgo que agravan su impacto en el organismo

El ataque cerebral es el resultado de daños en el cerebro causados por una hemorragia o por una falta aguda de sangre en alguna parte de él, de modo que la función de esta parte se detiene de forma temporal o permanente. Estos pueden variar mucho en gravedad, desde un breve período de debilidad muscular a un problema más grave que puede conducir a la muerte.
Son la tercera causa de muerte en los países desarrollados. Ocurren principalmente en personas mayores, pero un tipo (hemorragia subaracnoidea) afecta a personas más jóvenes. En Argentina, el ataque cerebral es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad. Se estima que en promedio se produce un ataque cerebral cada cuatro minutos. Sólo uno de cada cuatro pacientes que sufre un ataque cerebral llega a tiempo al hospital. Se
 requiere que una persona llegue en las primeras dos horas desde el comienzo de los síntomas para reducir los daños del ataque cerebral (Datos de la Sociedad Neurológica Argentina y la Organización Mundial de la Salud)

Existen dos tipos principales de ataques cerebrales:



• Hemorragia cerebral: sangrado en el cerebro o alrededor de él.

• Trombosis cerebral: obstrucción de los vasos sanguíneos del cerebro, normalmente por un coágulo sanguíneo.

La hemorragia cerebral suele ser la más grave y es una causa corriente de muerte imprevista súbita. Los ataques cerebrales con frecuencia van precedidos de advertencias en forma de ataques isquémicos transitorios, que también se conocen como miniataques.
Éstos no deben ignorarse en ningún caso.

Causas

La principal causa del ataque cerebral es una enfermedad de las arterias, especialmente la aterosclerosis (capas de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos).
La mayoría de los ataques están causados por el estrechamiento de una arteria, coágulos sanguíneos (trombosis) o un daño físico en parte del cerebro debido a una hemorragia interna o externa.
La hemorragia cerebral suele ocurrir debido a la ruptura de una arteria pequeña, dañada y debilitada por la aterosclerosis, que cede bajo la influencia de una tensión sanguínea elevada.
Una tensión sanguínea alta puede causar aterosclerosis y es el principal factor de riesgo de un ataque. La hemorragia puede ocurrir casi en cualquier lugar del cerebro y los síntomas varían dependiendo de la localización.
Las pequeñas dilataciones (aneurismas) en las arterias situadas en la base del cerebro son una causa común de ataques en personas jóvenes.
La trombosis cerebral (bloqueo de un vaso sanguíneo) o una embolia menor (pequeña porción de sangre o tejido graso que bloquea un vaso sanguíneo) pueden causar efectos similares a la hemorragia cerebral, pero suelen ser mucho menos graves y tienen un buen índice de recuperación. Los ataques debidos a trombosis o embolias repetidas pueden ocurrir en personas con aterosclerosis de las arterias del cuello o sus ramificaciones, o bien en personas con una enfermedad de las válvulas cardíacas en las que se forman pequeños coágulos sanguíneos que después se sueltan y llegan al cerebro.


Diagnóstico

El primer paso para llegar a un diagnóstico es «reconocer» el síntoma en forma precoz. En personas predispuestas o con factores de riesgo es de vital importancia el reconocimiento preciso de alguno de los siguientes síntomas para llegar a un diagnóstico de certeza:

Síntomas

El primer signo de una hemorragia cerebral suele ser un dolor de cabeza intenso y repentino. Éste va seguido rápidamente por la pérdida de función de parte del cuerpo, como una parálisis en un lado del cuerpo, pérdida de visión en un lado, giro fijo de los ojos a un lado y quizá un fuerte ataque de tipo epiléptico.

Otros síntomas son:

• Debilidad de una mitad del cuerpo
• Dificultades para hablar (afasia)
• Falta de comprensión
• Pérdida de visión temporal
• Movimiento afectado (hemiplejia)
• Mareos (vértigo)
• Náuseas
• Vómitos


Conducta a seguir:

Ante la mínima sospecha de un posible ataque cerebral, lo principal es acercarse a un centro asistencial para comunicar al personal médico los síntomas aparecidos, haciendo hincapié en el tiempo transcurrido desde su aparición.

Tratamiento
Después del ataque, el énfasis se debe poner en que la persona recupere una vida lo más normal posible (rehabilitación). Una persona que hace esfuerzos continuos por caminar después de un ataque leve es mucho más probable que recupere la movilidad que otra que se queda en la cama.
Se ha demostrado que las unidades de ataques cerebrales (unidades hospitalarias dedicadas al tratamiento y la rehabilitación) mejoran la recuperación significativamente, igual que la asistencia de rehabilitación de la comunidad.
Por desgracia, como los factores de riesgo suelen seguir presentes después del primer ataque, siempre existe la posibilidad de que se produzcan más ataques que aumenten la discapacidad. Toda persona que haya sobrevivido a un ataque debe ser muy consciente de los factores de riesgo y hacer todo lo posible para minimizarlos.

¿Cuáles son los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular?
Un factor de riesgo es una afección o comportamiento que ocurre más frecuentemente en aquellas personas que tienen o pueden tener mayor riesgo de contraer una enfermedad que en aquellas que no la tienen. El tener un factor de riesgo para un accidente cerebrovascular no significa que usted tendrá un ataque al cerebro. Por otro lado, el no tener un factor de riesgo no significa que usted no tendrá un accidente cerebrovascular. Con todo, su riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta según el número y la severidad de los factores de riesgo que usted tenga. 


Algunos de los factores de riesgo más importantes de accidentes cerebrovasculares 



· La presión sanguínea alta: También llamada hipertensión, es el factor más potente de riesgo. Si su presión sanguínea es alta, usted y su médico deben crear una estrategia individual para bajarla al rango normal. Controlar la presión sanguínea también lo ayudará a evitar enfermedades del corazón, la diabetes y el fallo renal. 

· Fumar: El tabaquismo ha sido ligado a la acumulación de substancias grasas en la arteria carótida, la arteria más importante del cuello que suple sangre al cerebro. La obstrucción de esta arteria es la causa principal de accidentes cerebrovasculares en los norteamericanos. La nicotina también aumenta la presión sanguínea; el monóxido de carbono del cigarrillo reduce la cantidad de oxígeno que la sangre puede transportar al cerebro; y el humo de los cigarrillos espesa a la sangre, haciéndola más propensa a coagularse.

· Alcoholismo: El consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.

· Colesterol elevado: El colesterol aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro.

· Las enfermedades del corazón: Trastornos comunes del corazón tales como la enfermedad coronaria, defectos en las válvulas, latidos irregulares del corazón y el agrandamiento de una de las cámaras del corazón pueden resultar en coágulos de sangre que se pueden desprender y bloquear los vasos sanguíneos en el cerebro o los que van al mismo. La enfermedad más común de los vasos sanguíneos causada por depósitos grasos en las arterias se llama aterosclerosis. Su médico atenderá su enfermedad cardiaca y también puede recetarle medicamentos, como la aspirina, que ayudan a prevenir la formación de coágulos. El médico puede evaluar sus factores de riesgo y ayudarlo a decidir si usted se beneficiaría de la terapia con aspirina u alguna otra para diluir la sangre. 

· Los síntomas de advertencias o un historial de accidentes cerebrovasculares: Si usted sufre un TIA (accidente isquémico transitorio), busque ayuda inmediatamente. Muchas comunidades aconsejan que aquellos con señales de un accidente cerebrovascular llamen al sistema de emergencia médica. Si usted ha tenido un accidente cerebrovascular en el pasado, es muy importante que reduzca el riesgo de un segundo ataque. Su cerebro le ayuda a recuperarse de un accidente cerebrovascular usando sistemas corporales sustitutos que ahora deberán realizar doble trabajo. Esto significa que un segundo ataque puede ser dos veces peor. 

· La diabetes: Usted puede pensar que este trastorno afecta solamente a la habilidad del cuerpo para usar el azúcar o glucosa, pero también causa cambios dañinos en los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluyendo el cerebro. Además, si los niveles de glucosa en la sangre son altos al momento del ataque, generalmente el daño al cerebro es más extenso y severo que cuando la glucosa en la sangre está bajo control. El tratamiento de la diabetes puede retardar el comienzo de las complicaciones que aumentan el riesgo de un accidente cerebrovascular.


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