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La huerta de primavera en la ciudad
Por Luciano Giusti
Cultivar alimentos en espacios reducidos es posible y saludable. Las condiciones para hacerlo pueden ser aptas en balcones y pequeños patios
La llamada agricultura urbana llegó a las ciudades de algunos países con el objetivo de brindar seguridad alimentaria a sus habitantes, pero según los agricultores urbanos también es una buena actividad para liberar el estrés y recuperar el ancestral contacto con la tierra. El tipo de agricultura en las ciudades se trata generalmente del cultivo de huertas comunitarias, que hoy se realizan en algunos colegios primarios y secundarios, para incentivar en los niños y jóvenes el acercamiento a la tierra.Pero también es posible hacer una pequeña huerta en balcones, patios y jardines particulares.
Las condiciones necesarias son muchas ganas de aprender y que haya al menos tres a cuatro horas de sol diarias en el lugar donde ubicaremos los vegetales.Para el Ingeniero Agrónomo Juan Omar Acita, docente de Cursos de Extensión de la Escuela Juan O. Hall de la Facultad de Agronomía de la UBA, estas condiciones serían excelentes “si la luz fuese de mañana, así las plantas no sufren calores fuertes, y que si usamos macetas, que estas tengan una profundidad mínima de treinta centímetros y veinte de diámetro, para un buen desarrollo de los cultivos.”
Para aquellos que quieran comenzar, se recomiendan las especies que son de pronta germinación y rápido desarrollo, como radicheta, lechuga, escarola, rúcula, albahaca, haba, ajo, cebolla y rabanito. Para Acita, “los principales beneficios que aporta el cultivar una pequeña huerta, además del entretenimiento y descanso mental que brinda el trabajar la tierra, es la cosecha en el momento justo de madurez de los cultivos, lo que les confiere un sabor mucho más natural y agradable que los vegetales comprados en los comercios. Y que además, si se respeta el proceso orgánico, podemos estar seguros de que se encuentran libres de pesticidas.”
Juan Acita dicta el Curso de Huertas en Balcones, Terrazas y Patios, en la facultad de agronomía de la UBA y nos brinda algunos consejos para comenzar a producir nuestros propios alimentos:
¿Cuándo una huerta se considera orgánica?
Cuando se la trabaja haciendo uso de abonos orgánicos, rotando cultivos, empleando plantas repelentes o trampa para los insectos y no pulverizando nunca con pesticidas químicos (agrotóxicos). De esta forma se logra un equilibrio natural con el medio ambiente. También el control de plagas debe hacerse sin el empleo de agroquímicos, usando productos orgánicos de fácil preparación, como por ejemplo el alcohol de ajo.
¿Por qué a un cultivo se lo asocia con otro?
Por ejemplo, se asocia el perejil o la albahaca con el tomate, para que se complementen beneficiándose entre sí, ya que cada especie extrae distintos nutrientes del suelo, entonces no compiten por los mismos. Además, los diferentes cultivos son repelentes naturales de insectos dañinos y de esta manera se protegen mutuamente.
¿Es necesario comprar fertilizantes o nutrientes, o es mejor cambiar la tierra de las macetas cada vez que se emprende una nueva siembra?
Si no se desea cambiar toda la tierra de las macetas cada vez que se inicia un nuevo cultivo, se deben utilizar fertilizantes orgánicos como humus de lombriz, resaca o estiércol seco, que mejoran la aireación de la tierra existente y le brindan numerosos nutrientes.
¿Por qué se recomienda tener en una huerta flores como caléndulas, copetes y aromáticas como albahaca, orégano, salvia y romero, entre otras?
Porque estas plantas son repelentes naturales de insectos dañinos y tienen una alta efectividad en repelerlos.
¿Es verdad que con la producción de una huerta de un terreno de 10 metros por 10 se puede alimentar a una familia de cinco personas durante todo el año?
Sí, es posible si se hace una adecuada rotación de cultivos (cultivos de hoja, de raíz y de fruto) para que no haya baches en la cosecha a lo largo del año. Por otro lado, para lograrlo se debe conocer el rendimiento de cada especie a utilizar, para sembrar la cantidad correcta de cada una y tener siempre a mano vegetales para consumir.
Alcohol de ajo (Para combatir plagas):
Ingredientes: 4 ó 5 dientes de ajo, medio litro de alcohol fino y medio litro de agua.
Procedimiento: Se colocan todos los ingredientes en la licuadora por 3 minutos y luego se cuela. Después se guarda en un frasco tapado en la heladera. Se utiliza ante el ataque de ácaros, pulgones y gusanos.
Labores de una huerta
Por más pequeña o grande que se a nuestra huerta, existen un conjunto de labores que deberemos realizar para sacar el mejor provecho de ella:
Protección con mantillo - Carpidas
Ambas labores están ligadas, el carpido es remover la tierra para mejorar su granulosidad y favorecer la descomposición de las sustancias orgánicas. También es despejar de malezas, para luego utilizarlas como mantillo y así proteger el suelo del impacto de las gotas de agua (así no se apelmaza). A la vez, el mantillo conserva la humedad e impide que crezcan yuyos alrededor de los vegetales, y con el tiempo, se incorpora a la tierra funcionando como abono natural. El carpido será necesario de vez en cuando, si vemos que se forma una costra en la superficie de la tierra o si salen yuyos.
Raleos
Consiste en dejarle a las plantas el lugar necesario para que crezcan, eliminando algunas que han crecido muy juntas. Por ejemplo, en el caso de las zanahorias, que se siembran directamente, conviene siempre entresacar algunas para que las que queden tengan lugar donde formar la raíz.
Tutorado
Ciertas plantas necesitan, en algún momento de su crecimiento, una guía o tutor en las cuales enramarse (por ejemplo los porotos, las arvejas y las chauchas), o bien sostener el peso de los frutos (como en el caso de los tomates). Para esto se utilizan ramas largas, tejidos de alambre o cañas, a las cuales se deben atar cuidadosamente las plantas.
Desbrote de los tomates
Consiste en eliminar algunos de los brotes que crecen en las “axilas” de las plantas, comúnmente llamados "chupones", para fortalecer los que quedan. También es conveniente eliminar algunas de las hojas inferiores de la planta, para que el sol caliente más la tierra que las cubre.
Producción de semillas
Al principio debemos comprar las semillas de los vegetales que queramos cultivar, pero una vez iniciada la huerta, luego podremos proveernos de nuestras propias semillas. Para esto debemos elegir las mejores plantas, dejarlas florecer y fructificar. Antes de que caiga la semilla, se arrancan las plantas y se dejan al sol por varios días. Luego las semillas se separan a mano y una vez limpias, se guardan en un lugar seco en frascos bien identificados con el nombre del vegetal y la fecha en que fueron cosechadas. Las especies de las que se pueden producir semillas fácilmente son: acelga verde, arveja, berenjena, repollo, escarola, espinaca, chaucha, hinojo, melón, pepino, pimiento, perejil, radicheta, sandía, tomate, albahaca, zapallito y zapallo.
Transplante
Cuandos se siembra en un almácigo o macetas, el transplante a tierra se hace en general cuando las plantas tienen tres o cuatro hojas.
La capacitación
Para profundizar en el aprendizaje de hacer una pequeña huerta, es necesario asesorarse, y esto puede hacerse a través de libros, cursos, internet o a través del programa Pro Huerta del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
Más información:
www.inta.gov.ar/extension/prohuerta