5 de mayo de 2010

Bicentenario (Notifé 86, mayo-junio de 2010)


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Bicentenario


La salud en la Revolución


Cómo era el sistema de salud hace doscientos años. Los inicios de la medicina en Argentina y la sociedad de la época


Durante los siglos XVII y XVIII, los hospitales no estaban bien vistos para el común de las personas, pues los consideraban albergues destinados a aislar a los enfermos contagiosos, a los dementes y a los indigentes. Los enfermos en general eran tratados de sus dolencias y curaban o morían en sus propias casas. Nacer era algo complicado, los partos tenían muchos peligros para la parturienta y los recién nacidos, y de ellos se encargaban las comadronas.

La fundación de hospitales se debió en unos casos a donaciones particulares o a la acción del Cabildo o la Audiencia. Los de mayor importancia fueron fundaciones reales, pero los más numerosos tuvieron un origen religioso.

El Cabildo se ocupaba de cada aspecto de la vida de las ciudades y villas coloniales. Mientras Buenos Aires no contó con Protomedicato, el Cabildo intervenía directamente en los trámites necesarios para dar validez a los títulos y antecedentes, presentados por médicos, cirujanos, boticarios, sangradores y permitir el ejercicio de su profesión.

La práctica de la medicina y la defensa de la sanidad pública en el Virreinato del Río de la Plata dependieron luego del Protomedicato de Lima, que tenía una delegación en Buenos Aires a cargo de un Teniente de Protomédico. El Protomedicato era una vieja institución española cuyos orígenes se remontan al Medioevo. Sus atribuciones eran amplias en cuanto a la dirección de la política sanitaria y el control del ejercicio profesional, y por ello se dividía en varias secciones, según se ocupara de la salud de la población (Promedicato), de los medicamentos (Protoboticariato), del control de los veterinarios (Protoalbeitarato) o de los peluqueros o barberos (Protobarberato).

En los hospitales se atendía gratuitamente a los más pobres y se cobraba al resto de la población según su grupo social. La medicina que se brindaba era igualitaria pero variaba el arancel que se pagaba, según se tratara de esclavos, soldados, oficiales o comerciantes.

En 1802 la ciudad de Buenos Aires contó con escuela médica, al iniciarse los cursos de la Escuela de Medicina del Protomedicato. Ésta tuvo como máxima figura al Dr. Miguel O´Gorman, médico irlandés quien introdujo la vacunación antivariólica al mismo tiempo que esto ocurría en la Francia de Napoleón.

Al producirse la primera invasión inglesa, los alumnos de la Escuela de Medicina prestaron un valioso aporte a los hospitales ambulantes o llamados de sangre, que se situaban a veces en el mismo campo de batalla para atender a los heridos caídos en combate.

La Buenos Aires de 1810 tenía alrededor de 40 mil habitantes. No existían las cloacas ni el agua potable y los cementerios estaban reservados para los más pudientes. El Protomedicato y la administración de los hospitales trascendieron el período colonial y la Revolución de Mayo, y fueron la base de las estructuras sanitarias surgidas con la organización nacional.


¿Qué médicos fueron protagonistas de la Revolución de Mayo de 1810?

Cuatro profesionales médicos actuaron con entusiasmo revolucionario en el Cabildo Abierto del día 22 de mayo de 1810: los doctores Cosme Argerich, Agustín Fabre, Bernardo Nogué y Justo García Valdés. Los profesores Argerich y Fabre eran quienes se desempeñaban como médicos del Hospital de los Bethlemitas y del Hospital de Mujeres; juntos participaron de la primera escuela de medicina del Protomedicato junto al Dr. O´Gorman.

A partir de la revolución de Mayo de 1810, científicos, profesores y letrados fueron contratados en el exterior para impulsar la evolución cultural del naciente país. Así surgen instituciones del orden de la medicina, como el Instituto Médico (1812) que pasará a ser más adelante el Instituto Médico Militar (1815), la Universidad (1821), la Escuela de Medicina (1821), y para culminar este período la creación de la Academia de Medicina (1822).

Nuestros primeros médicos se integraron con el destino de los ejércitos revolucionarios y en muchas ocasiones desempeñaron ellos mismos tareas militares. El 16 de junio de 1810 la Junta designaba como cirujano 1° y médico del primer ejército criollo que salía de campaña, a los doctores Juan Madera y Manuel Casal.

El 22 de septiembre de 1810, Mariano Vico fue nombrado cirujano de la expedición al Paraguay. Desencadenadas las primeras batallas por la Independencia, la escasez de médicos militares fue tan grande, que hubo que contratar los servicios de profesionales extranjeros y también recibir la ayuda de los padres Betlehemitas, orden que al ocuparse de la salud poseía muchos miembros con adelantados conocimientos en medicina.

El general Belgrano solicitó varias veces a la Junta el envío de cirujanos y toda clase de elementos de sanidad para su ejército. El mismo reclamo fue emitidopor Balcarce, Artigas, Benavides y Rondeau. Todos reclamaban lo mismo: cirujanos y elementos de sanidad, ya que sin ellos perdían innumerables vidas en las guerras por la Independencia.

¿Cuáles eran los platos favoritos de la época?

Las comidas más comunes eran la sopa de arroz y la de fideos, el asado, el matambre, el puchero, diversos guisos, las albóndigas, el estofado, el locro, las empanadas y los zapallitos rellenos.

La carbonada es otra de las comidas típicas de la época colonial, pero su origen es belga (carbonnade). Se trata de un guiso de carne realizado dentro de un gran zapallo, al que se le agrega maíz. En su país de origen, lleva cebolla y cerveza.

Los postres eran los bocadillos de papa o batata, la cuajada, las frutas, la natilla (plato de origen español a base de huevos, leche y azúcar), el arroz con leche, los alfajores, las masitas y la famosa mazamorra, que vendedores ambulantes ofrecían por las calles.

La vajilla se reducía a unos pocos platos de madera, estaño o loza, unos candelabros de bronce, el asador, el mortero, la caldera y el infaltable mate.

Los Esclavos

La presencia de esclavos definía en buena medida el perfil de una sociedad urbana que dependía de la utilización de esta fuerza de trabajo para un sinnúmero de actividades. Eran principalmente la mano de obra empleada en la construcción y en el trabajo en las casas de familia. La posición social de una familia en la Buenos Aires de la época, se podía medir basándose en la cantidad de esclavos que disponía en su casa.

La Revolución de Mayo no trajo cambios significativos para los esclavos, pero igualmente la apoyaron.

Con el correr de los años, en cierta forma se verían recompensados por la Asamblea del año XIII, que concedió la “libertad de vientres” .

Referencias:

Wikisource (El Correo de Comercio)

Instituto de Historia de la Medicina, Facultad de Medicina (UBA)

Garagablia, Juan Carlos - Fradkin, Raúl, Hombres y mujeres de la colonia, Editorial Sudamericana.






Pasión por curar



Entrevista a la Dra. Rosa R. de Chehébar

Con más de sesenta años al servicio de la medicina, la Dra. Chehébar sigue atendiendo a sus pacientes con el entusiasmo del primer día

Por Luciano Giusti

En la cartilla de Femédica tenemos a una médica con mucha historia, pionera de la neonatología en la Argentina, estuvo desde sus inicios en el Policlínico Presidente Perón de Avellaneda, uno de los centros de salud creados y administrados por la Fundación Eva Perón.
En el 2007 la Dra. Chehébar recibió el reconocimiento a la trayectoria en la categoría científica, en el Premio Mujeres Destacadas de la Salud, que anualmente adjudica el ministerio de Salud nacional.
Nació el 5 de noviembre de 1921 en Basavilbaso, provincia de Entre Ríos, y afirma que seguirá “trabajando hasta que físicamente pueda hacerlo”. Y señala que al consultorio va manejando su propio auto. “Para mí trabajar es una pasión, me hace mal no hacerlo”, dice esta profesional de gran humanidad. En su familia eran seis hermanos y sus padres llegaron escapando de la hambruna de Europa. “Mi madre era de Lituania y mi padre de Besarabia (Hoy Moldavia y Ucrania). Mi madre era una enamorada de la cultura, de ella habré heredado los genes. Para ella la cultura era tan necesaria como el aire que respiraba”.
La Dra. Chehébar se confiesa amante de la ópera, el teatro y el cine. Tiene tres hijos y cuatro nietos.

¿Por qué eligió la medicina?
Quizás por influencia de mi hermano mayor, el Dr. Luis Rabinovich que fue un gran endocrinólogo. Como a mí me gustaban mucho los chicos y estudiar, tal vez por seguirlo a él estudié medicina. Me recibí el 26 de diciembre de 1947.

En los comienzos de su profesión, la Dra. Chehébar relata haber padecido el antisemitismo de las décadas del 30 al 50 del siglo pasado. Tiempos en los que en algunos hospitales mandaban “los niños bien, pretenciosos y engrupidos”, dice Chehébar, citando el fragmento de un tango.

Sus primeros años en la medicina
“Comienzo a trabajar en el hospital Argerich por recomendación de algún amigo de mi hermano. En esa época estaba como Jefe de Pediatría el Dr. Vicente Anello y éramos tres las médicas que trabajábamos con él. El 24 de febrero de 1951 se inauguró el policlínico Presidente Perón de Avellaneda. Entonces fuimos a trabajar ahí y nos encontramos con que no había nada más que la parte de hotelería, que la había puesto la famosa empresa Maple, la más lujosa mueblería
del Buenos Aires de ese entonces. Hay un tango que dice “pisito que puso Maple”. El hospital pertenecía a la Fundación Eva Perón, y mientras estuvo vigente nunca nos faltó nada. Además todas las navidades nos mandaban a los médicos unas hermosas canastas.
En el policlínico se internó durante su enfermedad Eva Duarte de Perón, del 3 al 14 de noviembre de 1951, donde la operaron. El 11 de noviembre hubo elecciones y era la primera vez que votaban las mujeres gracias a una ley que Evita se ocupó en promulgar.
Ella votó desde su cama y cuando se retiró el día 14, pidió que todo el personal estuviera en el lobby del hospital para despedirse. La bajaron en camilla. Había tanta gente…”
En el año 1955 acompañé por tres meses a mi esposo, ingeniero que se especializó en petróleo, a perfeccionarse en EEUU. Allí visité los mejores hospitales de niños de Nueva York y el Johns Hopkins Hospital en Baltimore, Maryland. Allí me interesé en todo lo que era la atención a prematuros.
La neonatología surgió en el año 1950 en Argentina pero en la provincia de Buenos Aires casi no
existía la especialidad. Después de 1955 comenzaron las falencias en el policlínico.
Por ejemplo, en un servicio para recién nacidos son muy importantes los aspiradores, que se utilizan en la parte de reanimación en el momento en que nacen. Cuando se descomponían, muchas veces yo tenía que pagar el arreglo de mi bolsillo, porque si me quedaba sin ese aparato se me podían morir los chicos. Fue muy sacrificado.
En 1981 cuando fallece el Dr. Anello me ofrecen la jefatura de la sala, pero como las falencias eran tan grandes, renuncié. Desde esa época trabajo solamente en mi consultorio privado.”

¿Con tantos años en la medicina notó algún cambio en los pacientes?
Como hago pediatría clínica y neonatología, hoy atiendo a muchos chicos a quienes atendí en su momento a la mamá o al papá. Entre los niños de hace 50 años y los de ahora noto diferencias, porque los padres de ahora son distintos. Algunos son muy ubicados con el cuidado de los niños, pero hay otros que son muy superficiales, que no prestan tanta atención.
Entonces sucede que los niños no se alimentan como corresponde y desayunan por ejemplo con gaseosas, en vez de desayunar y merendar con leche. Eso antes pasaba menos que ahora. También influye que cambió la familia, hoy hay muchas más parejas separadas.

¿Cómo cambió su especialidad?
El cambio ha sido muy importante en la aparatología y los estudios que se pueden hacer. También tenemos a los antibióticos y la prevención de las vacunas. Entonces la diferencia es muy grande. Hoy por ejemplo al recién nacido se le extrae una gotita de sangre del talón y se le estudian 9 enfermedades, que si no se tratan desde el nacimiento tienen graves consecuencias. Todo esto se hace desde algunos años y es una gran diferencia de cuando yo empecé.

¿Cómo definiría a su pasión por la medicina?
A mí los chicos me gustan porque me dan energía. Yo soy de las médicas que no hago diferencias entre mis pacientes, atiendo a todos por igual poniendo lo mejor de mí. Soy de las que los llamo para saber cómo sigue su salud. Me ha dado muchas satisfacciones el ejercicio de esta profesión porque he sacado a tantos niños adelante. Me considero muy certera para “ver las cosas bajo el agua”, lo que subyace, cuando se trata de hacer diagnósticos en chicos.

La Dra. Chehébar junto a enfermeras del policlínico Presidente Perón

¿Cuáles fueron los momentos más importantes de su carrera?
Los que pasé en el policlínico Presidente Perón, porque allí me pasaba ayudando a la gente de forma permanente. Teníamos muchas madres niñas, de 11 a 14 años que tenían a su bebé y a ellas había que ayudarlas mucho, conseguirles leche, porque era un lugar al que asistía gente muy pobre, que no tenía para comprar leche cuando la mamá no tenía pecho. Y también había que entusiasmar a esas jóvenes madres para que les dieran el pecho a sus niños, porque es aún hoy la mejor forma de prevenir enfermedades.

¿Qué le aconsejaría con su experiencia a sus colegas más jóvenes?
Les diría que al paciente hay que dedicarle todo el tiempo que necesita, porque siempre hay que ponerse en el lugar del enfermo. Siempre me dije: “qué haría yo si estuviera en su lugar”. Y ése es el eje de mi trayectoria como médica.

La sociedad contra el tabaco


Organizaciones e individuos que trabajan para concientizar sobre lo insalubre del hábito de fumar.

Cifras de una perversa epidemia.


Por Luciano Giusti


Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en la población general, seguidas por los tumores y las enfermedades respiratorias. El consumo de tabaco está presente en la incidencia de estas dolencias, al ser el tabaquismo un factor de riesgo científicamente comprobado en causar este tipo de padecimientos terminales.

Sin embargo y a pesar de lo contundente de la evidencia, las medidas para controlar el tabaquismo resultan muchas veces insuficientes, por el gran poder de influencia de quienes lucran con esta sustancia. Un ejemplo de esta situación es que Argentina firmó el 25 de septiembre de 2003 el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) promovido por Naciones Unidas, pero nuestro país es todavía uno de los pocos estados del mundo donde el Congreso nacional todavía no lo ratificó. Este convenio es considerado como el primer tratado mundial de salud pública.

El trabajo de concientizar sobre los males de este hábito requieren de un trabajo activo de parte del Estado, organismos supranacionales como la Organización Mundial de la Salud y un grupo de organizaciones e individuos de la sociedad, comprometidos en hacer conciencia sobre los males que esta sustancia provoca en la salud.

En Argentina, por día mueren unos 100 fumadores y comienzan a fumar unos 500 jóvenes.


www.uata.org.ar

La Unión Antitabáquica Argentina es una institución constituida por 300 miembros tanto individuales como entidades privadas sociales y científicas. Organizan y coordinan actividades relacionadas con la salud, el bienestar social y la educación. Desde su página web invitan a apoyar la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaco a través del envío de cartas a los legisladores que deben ratificarlo. El sitio también publica trabajos dirigidos a educadores y estudiantes secundarios.


www.miluchacontraeltabaco.com

Página de Rebeca, ex fumadora que narra con posteos casi diarios desde el 22/12/2001 cómo se defiende de su adición al cigarrillo. Otros ex fumadores tienen la opción dentro de la misma página de armar sus propios blogs, recibir comentarios y contar sobre sus vivencias. Como el usuario “exmoke”, que dice: “Me presento, segundo día sin tabaco. Por fin he comenzado con la decisión que, seguro, va a cambiar mi vida, mis hábitos, mis costumbres y mis dependencias. Desde ayer lunes soy ex fumador.”


www.aliarargentina.org

Alianza libre de Humo de tabaco Argentina es una coalición de organizaciones de la sociedad civil, cuya misión conjunta es la de promover políticas de ambientes 100% libres de humo de tabaco en todo el país.


www.youngwomenshealth.org/spsmokeinfo

El Centro de Salud de Mujeres Jóvenes (CYWH) funciona en el Hospital Infantil de Boston (EEUU). La página se encuentra en castellano y brinda información sobre el tabaquismo a mujeres adolescentes.


www.lalcec.org.ar

Sitio de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer. Brindan cursos para dejar de fumar (arancelados) y son sede del Chau Pucho Club, grupo de contención para que los ex fumadores “no repitan su conducta adictiva.”


www.tabacoysalud.com.ar

Sitio bien documentado con recursos contra el tabaquismo. Citan frases célebres contra el tabaco, como la que dice el médico estadounidense Dr. Philip S Chua (MD): “Designar un área no fumadora en un edificio con un sistema único de ventilación, es como establecer un área para orinar en una pileta de natación.”


www.msal.gov.ar/htm/site_tabaco

Sitio del Programa Nacional del Control del Tabaco del ministerio de Salud de la Nación. En el mismo se pueden encontrar las últimas cifras oficiales sobre el tabaquismo en Argentina, como también información sobre cómo dejar de fumar. El programa lleva un Registro de Instituciones y Empresas libres de humo de tabaco, brinda información sobre cómo apoyar el Convenio Marco para el Control del Tabaco y también realiza un Registro Nacional de Servicios de Tratamiento del Tabaquismo, que tiene el fin de dar respuesta a la alta demanda social de ayuda para dejar de fumar, y dar a conocer las distintas alternativas con aval científico, tanto públicas como privadas que se ofrecen en nuestro país.


www.dejohoydefumar.gov.ar

Sitio específico del ministerio de Salud con información para quienes desean dejar de fumar. También se puede consultar en la línea gratuita: 0800-222-1002.

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