Durante el verano la mayor exposición
a los rayos solares facilita el riesgo de contraer cáncer de piel.
Ante ello, es necesario un comportamiento responsable frente al sol.
“El aumento de la incidencia de los
cánceres de piel en los últimos cincuenta años hace de la
prevención de la exposición a los rayos ultravioleta (UV) un
problema de salud pública”, sostiene la doctora Dora Loria,
directora ejecutiva del Registro Argentino de Melanoma Cutáneo
(RAMC) y miembro del Consejo Consultivo del Instituto Nacional del
Cáncer (INC), que depende de la cartera sanitaria nacional.
Asimismo, las radiaciones luminosas de
origen solar o que provienen de fuentes artificiales de rayos
ultravioleta pueden provocar daños graves en los ojos (cataratas,
lesiones en la retina), envejecimiento prematuro de la piel (arrugas,
manchas) y diferentes tipos de cánceres cutáneos. En ese sentido,
“la precaución en relación a la exposición solar debe realizarse
durante todo el año y no sólo en verano, cuando el riesgo aumenta
debido a la intensidad de los rayos solares”, señaló Loria. Por
este motivo, las personas que trabajan al aire libre deben utilizar
ropas claras y holgadas que les permitan protegerse del sol.
Precauciones al aire libre:
- Evitar exponerse al sol entre las 10
y las 16 horas.
- Buscar lugares a la sombra.
- Cubrirse con ropas, sombreros y
anteojos de sol.
- Utilizar protector solar no menor a
20 FPS (Factor de Protección Solar). Hay que tener en cuenta que la
protección puede disminuir luego del contacto con el agua y después
de un tiempo de realizada la aplicación. Por eso es recomendable
repetir la aplicación varias veces al día.
-Los bebés menores de 1 año deben
evitar completamente la exposición.
Los cánceres de piel se pueden
detectar tempranamente en la mayoría de los casos, lo que aumenta las
posibilidades de curación.
La principal fuente de radiación UV es
la luz solar. El grado de exposición a esta radiación depende de la
intensidad de la luz, del tiempo de exposición, y de si la piel ha
estado protegida. Las personas que viven en áreas donde están
expuestas todo el año a una luz solar intensa tienen mayor riesgo.
Estar largo tiempo a la intemperie sin protegerse con ropas adecuadas
y protector solar también aumenta el riesgo.
Si bien todas las personas pueden ser
susceptibles a desarrollar algún tipo de cáncer de piel, ciertos
grupos deben cuidarse más. Entre ellos, las personas que tienen la
piel, ojos y cabellos claros; quienes tienen numerosos lunares
(nevos) y/o pecas (efélides); las personas que tienen lunares
congénitos (desde el nacimiento) o atípicos (anchos, irregulares);
quienes tienen antecedentes familiares de melanoma; las personas que
ya han tenido un melanoma (riesgo de recidiva); aquellos que han
tenido quemaduras solares severas durante la infancia o la
adolescencia; y las personas que practican frecuentemente actividades
al aire libre.
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