Si cuando hablamos sobre alguna enfermedad y nos referimos a los factores de riesgo, se trata de aquellas condiciones o características que aumentan la posibilidad de contraer dicha dolencia. Para que una enfermedad se desarrolle, intervienen diversos factores, no sólo genéticos sino también los relacionados con hábitos y estilos de vida no saludables. Los primeros no son modificables, pero los segundos sí lo son, por lo que pueden evitar la aparición de la enfermedad en cuestión.
Por ejemplo, en el caso de los factores de riesgo cardiovascular, algunos de ellos, como la edad, el género y la historia familiar, no se pueden cambiar, y se los considera que no son modificables. Otros, como el colesterol elevado, la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y el estrés, son factores de riesgo modificables, porque pueden ser prevenidos, tratados o modificados.
Todas las enfermedades tienen sus factores de riesgo modificables y no modificables. Por eso es muy importante que la educación para la salud se centre en alertar sobre la adquisición de aquellas conductas que favorezcan el desarrollo de factores de riesgo para las enfermedades.
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